El Gobierno ha incluido el impuesto a las grandes fortunas en la misma proposición de ley que regula los gravámenes temporales a la gran banca y empresas energéticas para acelerar sus tramitación.
PSOE y Unidas Podemos han ultimado este jueves los detalles del impuesto a la riqueza que anunció la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y han confirmado su inclusión en la misma proposición de ley que regula los impuestos a los beneficios caídos del cielo de bancos, entidades financieras y empresas de energía.
Este jueves finalizaba a las 14:00 horas en el Congreso el plazo para presentar enmiendas parciales a la proposición de ley impulsada por los dos grupos del Gobierno para regular el tributo temporal que el presidente, Pedro Sánchez, anunció en julio. Es precisamente sobre una de esas enmiendas sobre la que han trabajado los partidos de la coalición para incorporar en dicha norma el impuesto a las grandes fortunas y así acelerar su tramitación.
En concreto, el nuevo impuesto a las grandes fortunas gravará la riqueza neta superior a los 3 millones de euros, mientras que las rentas del capital tributarán más en el IRPF a partir de 200.000 euros. Lo ha recordado hoy Montero, quien a finales de septiembre, avanzó que el nuevo impuesto se aplicará en 2023 y 2024 y que constará de tres tramos: entre 3 y 5 millones de riqueza neta se pagará un 1,7%; entre 5 y 10 millones, un 2,1%; y por encima de 10 millones, un 3,5%.
Con este nuevo impuesto, que permitirá deducir el Impuesto de Patrimonio, el Gobierno espera recaudar 1.500 millones de euros.
Además, las enmiendas del PSOE y UP podrían incluir también la limitación a la compensación de pérdidas de filiales dentro de los grandes grupos consolidados.
Esta medida fue acordada también entre los socios del Gobierno para los presupuestos de 2023 e implica que en 2023 solo se podrán compensar el 50% de las pérdidas de filiales, pudiendo aplicar el resto en 2024. Con ello se incrementará la recaudación en 2.439 millones y solo afectará a 3.609 empresas, un 0,2% del total.
Las críticas de la oposición no han tardado en llegar. En declaraciones a los medios, el portavoz adjunto del PP encargado de los temas económicos, Jaime de Olano, ha tildado de “atropello” crear el impuesto a las grandes fortunas a través de una enmienda a la proposición de ley que crea los gravámenes para banca y energéticas ya que de esta manera el resto de grupos no pueden enmendar el nuevo tributo.
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