La pregunta no tiene ningún interés retórico. Sino todo lo contrario. Si finalmente la respuesta es afirmativa todas ellas podrían ser multadas con importantes sumas por vulnerar el principio de libre competencia. Y eso precisamente es lo que trata de dilucidar ahora el Departamento de Justicia de EEUU. En el comunicado emitido afirma que están “revisando cómo las empresas tecnológicas han conseguido poder en el mercado y si se han involucrado en prácticas que perjudican a la competencia, impiden la innovación o perjudican a los consumidores”.
Si bien es cierto que en los últimos años numerosos Gobiernos y organismos como la Unión Europea (UE) han acusado a las grandes tecnológicas de acumular gran cantidad de poder y generar beneficios desorbitados (en ocasiones mayores que el PIB de pequeñas naciones) no es menos cierto que resulte sorprendente que sea el propio gobierno de Donald Trump, un enemigo reconocido de Facebook al que ha acusado en numerosas ocasiones de manipulación informativa, el que encabece esta cruzada y no la Comisión Federal de Comercio, por ejemplo.
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