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A la hora de crear un negocio, es importante conocer cuáles son las opciones de las que dispones y cuál se ajusta mejor a tus necesidades. A continuación se detallan algunas de las principales diferencias entre empezar una actividad como autónomo o crear una sociedad. 

Constitución de la empresa. Los trámites para ser autónomo son sencillos y pueden realizarse el mismo día, mientras que la creación de una Sociedad de Responsabilidad Limitada puede demorarse alrededor de un mes ya que hay que hacer diversos trámites.

Costes. La creación de una SL exige una aportación mínima de 3.000 euros para su creación, más los gastos de notaría, registro mercantil, etc. Mientras que para ser autónomo no es necesaria ninguna aportación, ya que los trámites para ser autónomo son gratuitos. Además, con la aprobación de la tarifa plana, un nuevo autónomo pagará únicamente 50€ al mes durante un año.

Responsabilidad. En este aspecto, la creación de una SL es más ventajosa, ya que como su nombre indica, es de responsabilidad limitada, por lo que se responde únicamente con el patrimonio de la sociedad, mientras que el empresario autónomo tiene responsabilidad ilimitada, por lo que debe responder con el patrimonio mercantil y el personal. Por tanto, si un negocio no funcionara, el autónomo debe responder son sus propios bienes.

 

Impuestos.  Los autónomos tributan por el Impuesto sobre la Renta de las personas físicas (IRPF) mientras que las sociedades tributan en el Impuesto sobre Sociedades (IS). El IRPF es un impuesto progresivo, por lo que el tipo de gravamen variará entre un 19% y un 45%, según el beneficio del autónomo. Por su parte, el IS es un impuesto de tipo fijo del 25%, aunque hay tipo de gravamen reducido para entidades de nueva creación (15%) o para cooperativas fiscalmente protegidas (20%). Además, las sociedades disfrutan de más incentivos fiscales.

Contabilidad.  Si un autónomo factura menos de 600.000 euros al año, no se les exige llevar una la contabilidad estricta, mientras que a las sociedades se les exige disponer de libros oficiales de cuentas, de socios y de actas. También tienen que presentar  presentar las cuentas anuales y los libros contables en el Registro Mercantil.

Financiación. Las sociedades tienen mayor facilidad para conseguir financiación, ya que las cuentas son estrictas y dan mayor confianza económica. Por otro lado, los bancos suelen incluir a los autónomos entre los particulares, por lo que es normal que se les soliciten avales personales.

 

 

 

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